24.4.07

LLAGA VIGILANTE: EL SUEÑO DEL GRAN HERMANO PROPIO

Con semanas en la redacción nueva, se puede sugerir a estudiantes de sociología que estén profundizando cuestiones de disciplina o control social, una vuelta por Azopardo y Chile. Bastaría con pedir una autorización como visita educativa, pero no para ver las máquinas que sacaron el primer ejemplar en octubre de 1869, sino para observar el diseño policiaco del lugar de trabajo. Todo el personal periodístico y gráfico está en la planta baja mirando hacia adelante; los jefes administrativos lo observan todo desde las oficinas del primer piso, que tienen cuatro enormes ventanales hacia dentro. ¿Se sabe algo de las nominaciones?

LLAGA IDIOTA: PROHIBEN EL MATE

Podría ser declarado el día mundial de la pelotudez. Poco antes de la mudanza al nuevo hogar, sentencia que está prohibido tomar mate en la redacción. Se puede tomar té, café, mate cocido, Pepsi, agua. ¿Estará autorizado el tereré? Nadie ha salido ha justificar la medida. ¿Será que es insostenible? ¿Aducirán que queda feo que se vea en la calle, tan cerca de Puerto Madero? ¿O dirán que incentiva la charla? ¿La herramienta del periodista no es en gran parte su habla? No se sabe por qué, pero quizás quien haya tomado la decisión, tema parecer en público, un hombre que no sabe mandar.

LLAGA NUEVO HOGAR: APRETADOS PERO FRESCOS

En el fin de enero, llegó la mudanza. En el edificio de Azopardo 715, que poco a poco están transformando en una torre que se cuelgue del boom inmobiliario de la zona (San Telmo / Puerto Madero), a agarrar los petates y mudarse. La redacción deja el galpón del segundo piso –que ha ocupado por décadas- y va a la planta baja. Las buenas: hay aire acondicionado; está recién pintado y limpio, no hay arañas que caminen por el escritorio, y las sillas son nuevas. Ah, y en los baños hay jabón y papel todo el día. Las malas: estamos más apretados; y hay una notable desproporción sanitaria (que merece una llaga aparte).