12.7.07

LLAGA BAJO CERO: LA ERA DEL HIELO

Cuando todavía la cremita se preguntaba por qué tras la nevada histórica no titulamos "Efecto Cristina", atribuyéndole a la candidatura de la primera dama el fenómeno del lunes, la nueva llaga tiene que ver con el clima. Pero con el frío insoportable que hace en la redacción de este diario, de "la familia" que tanto mima Don Florencio. Después de una década sin calefacción, tras la mudanza nos habíamos acostumbrado -qué se le va a hacer- a trabajar sin camperas, bufandas ni guantes. Pero al poco tiempo, todo volvió a la triste normalidad. El equipo de aire frío-calor ha dicho basta hace ya una semana (¿qué compraste Flopy?), justo en medio de la ola polar, y la temperatura es tan baja dentro como fuera del diario. Si a eso le sumamos que en el baño no hay agua caliente y que muchas veces tampoco hay papel para secarse, el panorama es desolador, de iglú. Ahh, en este punto no quiero dejar pasar un hecho casi surrealista de los últimos días: "la casa" de este gran empresario ibérico destinó a modo de toalla nada menos que ¡una bobina de papel! Sí, aunque no lo crean, ese tubo de aproximadamente un metro estuvo unos días en el baño haciendo las veces de tissue.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

ustedes los zurditos de la redacción están pagando el desacato: a los amigotes del régimen, flopy nos premió con unas camperitas muy modernas tipo polar que trajo de mar del plata, para hacerle el ole al frío. esto les pasa por revolú. yo mañana me llevo el edredón que tejió mi abuela, porque pantalones todavía no nos trajo. ja.

Anónimo dijo...

sé lo que es sufrir el frío. pero peor es compartir la redacción con desgraciados como botinelli y con laiño que, en su vida laburó.

Anónimo dijo...

además, este diario está apostando a una generación nueva de periodistas, la "Generación Caloventor"; gracias una vez más Don Florencio

Minifoggia dijo...

ciau! :)

Anónimo dijo...

Y acá estamos todos. Cagados de frío. Y esperando por la muerte.

Minifoggia dijo...

aggiornare!

Anónimo dijo...

lo de la bobina, parece que fue porque el gordo Palazzo, con esas manotas, se quejó de que los papelitos no alcanzaban para secarse las manos. cuánta impiedad, derco...!