"Yo formo parte de un ejército bobo..." Si afinan el oído, amigos dercolianos, lo van a escuchar, de fondo en la redacción. Es el canturreo del Coro de Editores, devenido en Brigada Editora después del paso por el West Point del tercer piso. Según fuentes del Pentágono, en el paseo de más de una hora que hicieron los jefes de sección de La Prensa junto a "Flopy el Primitivo" por "las nuevas oficinas que se están haciendo" (que no son de él, ¿no?), fueron aleccionados. Quedó en evidencia al verlos bajar, marchando como los hombrecitos mecanizados del subsuelo de Metrópoli, esa obra maestra de Fritz Lang. Aunque son empleados, ganan menos de lo que deberían, y saben que en cualquier momento van a ser un fusible, han optado por sentirse parte de
"la familia" de Aldrey. Vaya elección, porque últimamente la cremita se preguntaba si no tendríamos que hablar con el papá de Don Florencio más que con él, porque en definitiva el problema es que es un mal educado con plata. "Flopy el Sucio" encargó como primera misión para la BE desparramar que "cada uno recibirá una propuesta salarial por escrito, que tendrá que aceptar o rechazar". Y todo luego de haber ratificado el mísero 8% como propuesta en el Ministerio de Trabajo. Bien a lo Flopy, un disparo para dividir. La respuesta fue contundente, esperanzadora: una asamblea masiva, el jueves, de una hora y media, con la ratificación de la vía colectiva de negociación. Y la certeza de que si nos separamos, estamos fritos.
